Y la vida cambió
Hace mucho tiempo no escribo en mi blog. Estuve trabajando en rediseñar la web y entre uno y otro proveedor la cosa se complicó y sigo a la espera, pero hoy decidí escribir, porque finalmente para eso es mi blog para escribir, no para que se vea bonito, sino para escribir lo que siento. Estamos en medio de una pandemia, una realidad que parece sacada de ciencia ficción.
Desde septiembre la vida me cambió radicalmente, había elegido volver a un lugar fijo, dejar de viajar, soltar NY, estaba cansada de la jungla de concreto, de ver el subte M pasando por en frente de mi ventana haciendo ruido, había dejado de sentir que estaba en una película donde NYC es la ciudad de tus sueños y empecé a sentirla más como ciudad gótica y me di cuenta que la disfrutaba más por tres semanas de vacaciones que para verla todos los días en mi cotidianidad.
Fue así como enfilé la energía para volver a mi Buenos Aires querida, tendría que venir por un mes para adaptar todo, ir a Colombia a trabajar con el lanzamiento de una película, volver a NY por Noviembre presentar un proyecto y ya podría ubicarme en un lugar donde tendría de nuevo una cama propia, unas sábanas elegidas por mi y un hogar que no fuera temporario, dos años mínimo pensé, después de estar como nómada digital cuatro años ya quería saborear el placer de que mi casa no fuera solo una valija de 23 kgs.
Y así tal cual, fue, conseguí un departamento para mudarme en diciembre, cerré el contrato y empecé a organizar todo, en Octubre una gran sorpresa apareció, fui a un control anual de ecografía y había un embrión de casi 8 semanas en mi vientre, un bebé, la vida cambia de pronto, cuando menos lo esperabas, supe que sería madre soltera porque el colaborador genético masculino de mi bebé no tenía gran vínculo emocional conmigo y yo no pretendía iniciar una relación por estar embarazada, así fue se lo comuniqué, a lo que él respondió que no quería formar parte y estaba bien.
Decidí darle la bienvenida a mi bebé sabiendo que seríamos dos, y me preparé, estuve viajando y cerrando cosas en los tres puntos comerciales de mi empresa, Colombia, USA y organizando todo para el regreso a Baires, con bebé en la panza.
Así fue llegamos el 1 de diciembre, días después viajamos a México y Colombia para las fiestas y finalmente nos instalamos en casa el 16 de enero, acomodé todo, hice un gran esfuerzo y acondicioné la casa, en menos de dos semanas el departamento ya era un hogar.
Tengo 34 semanas de embarazo y el coronavirus apareció cuando estaba lista para estar encerrada en casa, gestando una bebé que llegará en un mes, estoy agradecida porque de alguna mágica manera la vida me guió para estar en el lugar adecuado y en el proceso precioso en el que me encuentro en medio de toda esta reinvención que será para todos salir al mundo cuando podamos salir.
Abrazos.